sábado, 19 de febrero de 2011

Sorpresa!!

Cosas increíbles han pasado estos breves días desde que estoy oficialmente comprometida. Es empezar con el corre-corre de los trámites para el matrimonio civil, la boda eclesiástica, determinar el cómo, cuándo, dónde y con quiénes, cosa extraña esto de sentirme como quien se va a una aventura y sin embargo es muy serio resolverlo en cortísimo tiempo...este año está corriendo la maratón con pasos de gigante.

Lo bueno es encontrarme con la sorpresa de mucha gente que se ha alegrado con nuestra alegría y se ha emocionado con nuestras emociones. Es una de las cosas más bonitas que he experimentado en años, el calor de la gente, los buenos deseos...como Navidad en Febrero. Me agarro duro a las buenas vibras de la gente, desde mi mamá hasta las personas más remotas, trato de acumularlas y hacer de ellas un talismán y le rezo a Dios para que todo salga como debe ser. ¡Claro que estoy asustada! pero la única forma que conozco para tratar con mis miedos es persignarme y "pa´lante es pa´allá."
Una de esas cosas bonitas ha sido la reunión sorpresiva para celebrar nuestro compromiso que organizaron los amigos de Hernán y a quienes yo tomé "prestados" hace años. ¡Los llevo con cariño en el hotel de mi corazón muchachos! lástima que mi pinta no podía ser más deportiva porque pensaba ir a nadar como cada martes y jueves...y por lo tanto, mi anillo tampoco estuvo ahí para atestiguar el compromiso, motivo por demás para echar broma all night long. Otra cosa memorable han sido las llamadas de las amigas y familiares emocionados con el anuncio. Mi cuñada (ahora sí, con todas las de la Ley) me llamó primero que nadie para felicitarme. No sólo es mi pana hace muchos años, además va a ser mi familia. Una amiga que me conoce hace media vida atrás también compartió mis emociones. Mi hermana desde el Reino Muy Muy Lejano asomó la posibilidad de visitarnos con motivo de la celebración. Total que este compromiso ha sido la afirmación de todos los vínculos afectivos, de todos aquellos que conforman mi vida, desde lejos o muy cerca, nos ha unido aún más en un acto sincero de comunión. Y eso es lo que quiero en mi boda. Puede que sea más bien modesta, pero quiero que todas esas personas especiales estén ahí, cerquita, para que esta familia nazca bajo una buena estrella.

Y hablando de estrellas, ojalá desde arriba esas personas que hace muy poco se fueron puedan contemplar nuestra alegría y nos puedan dar su bendición también.

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