lunes, 31 de enero de 2011

Salud es...vivir acompañado!

Aunque es un poco tarde en Enero para el tema, creo que todos saben ya cuáles son los clásicos de año nuevo. Y casi todo tiene que ver con la salud:

- Rebajar los kilos ganados en Diciembre
- Hacer más ejercicio
- Dormir más horas para levantarse más temprano
- Hacerse un examen de sangre
- Ir al médico a hacerse un chequeo general
- Casarse

Say whaaaaaaat?? ¿¿Casarse???

No, no se "coleó" en la lista, resulta que los casados tienen mejor salud. Por lo menos, según el “British Medical Journal”
http://www.lapatilla.com/site/2011/01/31/segun-estudio-medico-casarse-es-bueno-para-la-salud/

Para que vean que cada vez cuido más este cuerpito.

miércoles, 26 de enero de 2011

La dirección de las cosas

Desde carajita me encanta una hoja en blanco y un lápiz.
A muchos les asusta a la hora de dibujar algo nuevo, iniciar un escrito, empezar a formar una idea. Recuerdo haber acabado con resmas enteras en mi casa hasta que me compraron una bobina de papel...para mí solita! y es que me gusta rayar, intervenir, alterar ese limpio estado de las cosas. Por ejemplo, lo primero que yo hago cada año es comprar un cuaderno. No una agenda, donde cada hoja tiene su día, hora y todo está preconcebido...me gusta un cuaderno bonito, práctico, que quepa en la cartera...es como empezar en limpio. Anoto mis cosas por hacer, qué tengo que comprar, algún dato interesante, soy como una pequeña antena receptora de ideas que flotan en el aire.

Pero este año compré uno especial. Uno que ya no habla solamente de mí, ni de mis necesidades diarias, ni exclusivamente de mis sueños. Compré un cuaderno algo más grande de lo acostumbrado, sin fechas (por ahora) pero con metas, de esas cosas que se planean de a dos. Cosas de las que más temprano que tarde se pueden echar una mano porque lo esencial es estar preparados para cuando llegue el momento. Es aprovechar el timming con las ideas correctas. Por lo tanto ese cuaderno ya no lo escribo yo, además Hernán me dicta ciertas cositas así que va a ser diferente esta vez, él también toma parte en sus páginas con entusiasmo y ese toque de picardía que siempre me ha gustado en él y espero que luego quede como un mapa de los deseos, testigo de los altos y bajos del camino.

sábado, 22 de enero de 2011

Conversa, Cerveza, Pizza. ¿Por qué no?

Todo empezó con una casual invitación a salir de una amiga con su primo. Saqué su breve ficha con sus datos del archivero disparatado de mi memoria. A ver. A él ya lo conocía por la universidad. Era el trajín de las entregas, las clases teóricas, los minutos de "taima" al cuerpo atormentado por las trasnochadas e ir a la biblioteca (todavía en Venezuela estábamos en la proto-historia de la internet, wikipedia no existía, la lentísima conexión dial-up era en casa de un puñado de personas y sí, era fino ir a una biblioteca) y de vez en cuando yo hablaba con Hernán de los temas más variados y triviales del mundo. Libros, el clima, pero nunca de la carrera. Recuerdo que era desestresante hablar con él, como escuchar música, leer una revista, conversaciones informales que me soltaban la presión cerebral a la que me sometían los profesores. "Carefree" pues, sin cables pelados, miradas sospechosas ni tensiones de ningún tipo, alguien con quien de hecho se podía hablar, simplemente.

¿Y por qué no? Estaba en una de mis largas "vacaciones sentimentales" y me lo tripeaba. "Total, el primo es pana, conversaremos un rato relajados por ahí". Esa noche en Hangar fué tal cual lo esperado. Insospechada, sin pretensiones, sin poses, sin la excitación que precede a la cita romántica, sin nervios, sin diálogos preparados.  Rememorar un poco aquellos caóticos días, picar una pizza, tomar una cerveza. "Tiempo sin verte" le dije sin pensar casi. "Has cambiado" le dije con un cierta sorpresa...

8 años después seguimos conversando. Relajados. Sin apuros, sin prisas, con pocas pausas. Pero ya nos decimos cosas con la mirada y el diálogo ha sido verbal, físico, corporal. Se ha diversificado al amor y al entendimiento en más palabras que en todos los twits que se acumulen hasta este momento. Sorry twitter, no te llevo casi nada. Y cuando empecemos a hablarnos todos los días, desde temprano en la mañana, aquello va a ser cuento de largo aliento.

Con la bendición de Dios, claro.